Esta receta pertenece al gran maestro Carlos Valencia. Me encanta la forma de trabajar de este valenciano, es muy perfeccionista y todo le queda de cine. Todas las recetas que he probado de su blog salen perfectas, asi que cuando necesité la receta de la yema pastelera no dudé en visitar su web. Encontré la receta perfecta, con la que no se gastan muchos huevos y queda una yema tal cual a la de la pastelería. Yo diría que mejor, vete a saber que es lo que nos venden en las pastelerías, que la mayoría de las cosas vienen liofilizadas o en lata, con un montón de ingredientes dañinos para la salud...
Yo suelo hacer la mitad de la receta porque sale demasiada cantidad. Con la mitad tenemos cantidad suficiente para cubrir un brazo de gitano grande o una tarta. Suelo hacer una regla de 3 para calcular el resto de ingredientes a partir de los huevos. Peso los huevos lo primero y sobre eso saco el resto de ingredientes. Eso si, le quito un poquito de azúcar porque sino queda demasiado dulce.
Ingredientes (para 1000 gr. aprox.) :
6 huevos (431 gr. aprox.)
Azúcar (el mismo peso de los huevos, 431 gr.)
30 gr. de maizena
180 gr. de agua
Una pizca de colorante para paella
Preparación:
Batimos un poco los huevos, los mezclamos con el agua y lo pasamos por un colador metálico o chino para evitar que una vez terminada la yema nos queden los puntos blancos cuajados ( la galladura del huevo).
Mezclamos el azúcar con la maizena.
Juntamos las dos mezclas y ponemos a cocer, removiendo continuamente con la varilla para que no se nos pegue al fondo. Hacia el final de la cocción añadimos una pizca de colorante para paella (no da ningún sabor).
Cuando la crema ya esta cuajada y con la consistencia que queramos, hay que extenderla sobre una superficie fría (marmol, chapa, mesa, recipiente de cristal...) para que el enfriamiento sea rápido. Esto evita que la yema tome un color verdoso debido a la oxidación.
Esta crema la podemos utilizar como relleno ó como cobertura para tartas (yema tostada) en este último caso una vez extendida la yema, se espolvorea con azúcar grano y la quemamos con una pala de quemar o con el soplete de cocina.
Aqui extendida sobre un brazo de gitano, a punto de ser quemada:
Y una vez quemada:
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